Qué ver en Malta: 25 lugares imprescindibles para tu viaje 2025

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Qué ver en Malta

¿Sabías que hay un rincón del Mediterráneo donde puedes pasar de un templo prehistórico a una playa turquesa en cuestión de minutos? Así es Malta, un país tan pequeño como sorprendente, que condensa miles de años de historia, cultura y paisajes de película en apenas unas islas. Si te preguntas qué ver en Malta, prepárate porque aquí te vamos a mostrar los 25 lugares más espectaculares que no te puedes perder en 2025.

En esta lista te traemos desde ciudades amuralladas que parecen sacadas de una serie medieval, hasta calas escondidas, ruinas milenarias y escenarios de cine ¿estás listo?

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Qué ver en Malta: 25 lugares que no puedes perderte en la isla del Mediterráneo

Malta es mucho más que un destino de playa: es un archipiélago que ha sido testigo de algunas de las civilizaciones más poderosas de la historia. Fenicios, romanos, árabes, caballeros medievales y hasta británicos han dejado su huella en esta isla diminuta pero fascinante. Y es que cuando te preguntas qué ver en Malta, la lista parece interminable. Su capital amurallada, La Valeta, es Patrimonio de la Humanidad; sus templos megalíticos son más antiguos que las pirámides de Egipto; y sus calas escondidas parecen salidas de una postal caribeña.

Lo mejor es que todo está cerca: puedes desayunar con vistas al mar en una ciudad barroca, nadar en una laguna azul al mediodía y cenar en un pueblo pesquero al atardecer. Ya sea que busques historia, aventura, descanso o cultura, Malta tiene una joya esperándote. Aquí te compartimos los 25 lugares más espectaculares que ver en este paraíso mediterráneo.

1. La Valeta: Historia, fortalezas y vistas al mar

Si estás buscando qué ver en Malta, empezar por La Valeta es casi obligatorio. La capital del país, aunque pequeña en tamaño, está repleta de historia en cada rincón. Fundada por los Caballeros de la Orden de San Juan en el siglo XVI, esta ciudad fortificada te recibe con murallas imponentes, callejuelas empedradas y balcones coloridos que parecen suspendidos en el tiempo.

En La Valeta puedes visitar la majestuosa Concatedral de San Juan, famosa por sus frescos y el impactante cuadro de Caravaggio. También puedes recorrer el Palacio del Gran Maestre, sede del poder durante siglos y hoy residencia del Presidente de Malta.

2. Mdina: La ciudad silenciosa

Esta antigua capital del país, conocida como “La ciudad silenciosa”, parece detenida en el tiempo. Sus callejones estrechos, sus murallas doradas y su atmósfera tranquila hacen que la experiencia de recorrerla sea casi mágica.

Ubicada en el centro de la isla, Mdina fue en su momento el corazón político y religioso de Malta. Hoy conserva su arquitectura medieval y barroca, con palacios nobles, iglesias centenarias y puertas majestuosas como la icónica Main Gate, que muchos reconocerán por haber aparecido en la serie Game of Thrones.

No te vayas sin visitar la Catedral de San Pablo, con su interior elegante y su museo repleto de historia. Y si quieres una vista panorámica, acércate a las murallas: desde allí verás buena parte del norte de la isla.

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3. Marsaxlokk: Pueblo pesquero y mercado tradicional

Este pintoresco pueblo pesquero, situado al sureste de la isla, es famoso por su bahía repleta de luzzus (barquitos tradicionales malteses con ojos pintados en la proa) y por su ambiente tranquilo, ideal para pasear y desconectarte del bullicio.

Cada domingo, Marsaxlokk se llena de vida gracias a su mercado tradicional, donde puedes encontrar desde pescado fresco (recién salido del mar) hasta souvenirs, ropa, frutas y dulces locales. Es el sitio ideal para conocer el lado más auténtico de la cultura maltesa. Pero Marsaxlokk no es solo mercado: aquí también puedes sentarte frente al mar en uno de sus muchos restaurantes y probar un buen plato de lampuki (pez típico de la zona), acompañado de vino maltés.

4. St. Peter’s Pool: Piscina natural en el mar

Entre los lugares que definitivamente tienes que apuntar en tu lista de qué ver en Malta, St. Peter’s Pool se lleva varios puntos por su belleza natural y su espíritu aventurero. Esta piscina natural, tallada en la roca caliza y bañada por aguas turquesa, es uno de los rincones favoritos tanto de locales como de viajeros que buscan un sitio más tranquilo (y con cero hoteles a la vista).

Ubicada cerca del encantador pueblo de Marsaxlokk, este lugar es perfecto para nadar, tomar el sol sobre las piedras planas o lanzarse al agua desde sus pequeñas plataformas naturales (sí, verás más de uno haciendo clavados dignos de campeonato). No es una playa tradicional, sino un sitio rústico y escénico que te conecta con la esencia más salvaje del Mediterráneo.

5. La Gruta Azul: Belleza submarina y acantilados

Uno de los paisajes más impresionantes que ver en Malta es, sin duda, la famosa Gruta Azul (Blue Grotto). Situada en la costa sur de la isla, esta maravilla natural es un conjunto de cuevas marinas y arcos que se han formado por la erosión del mar sobre los acantilados de piedra caliza. ¿Lo mejor? El efecto óptico que se crea cuando el sol entra en el agua y la tiñe de azul brillante. Es simplemente hipnótico.

La mejor forma de explorarla es en un paseo en bote que parte desde el puerto de Wied iz-Zurrieq. Durante el recorrido podrás ver varias cuevas marinas, paredes rocosas altísimas y, si el mar está tranquilo, incluso hacer snorkel en algunas zonas. Lleva tu cámara bien cargada, porque las fotos parecen de postal (o mejor dicho, de fondo de pantalla).

6. Hipogeo de Hal Saflieni: Patrimonio subterráneo

Si te apasionan los lugares llenos de misterio y arqueología, el Hipogeo de Hal Saflieni es uno de los sitios más impresionantes que ver en Malta. Ubicado en la localidad de Paola, este complejo subterráneo fue construido alrededor del 4000 a.C. y es considerado uno de los yacimientos prehistóricos más antiguos y mejor conservados del mundo. Tan importante es su valor histórico que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El hipogeo está formado por cámaras y pasadizos excavados en la roca, donde se realizaban rituales religiosos y enterramientos. Lo más asombroso es su arquitectura: salas perfectamente talladas con una precisión increíble, y la llamada “sala del oráculo”, famosa por su acústica única. Debido a su delicado estado de conservación, las visitas son limitadas y deben reservarse con antelación, pero vale cada minuto.

7. Templos de Hagar Qim y Mnajdra

Los templos de Ħaġar Qim y Mnajdra son dos joyas arqueológicas imprescindibles que ver en Malta. Se encuentran al suroeste de la isla, muy cerca del mar, y están entre los templos megalíticos más antiguos del mundo, incluso más antiguos que las pirámides de Egipto. ¡Sí, así de alucinante!

Ħaġar Qim, cuyo nombre significa “piedras erguidas”, es un complejo ceremonial que data del año 3600 a.C. Sus enormes bloques de piedra caliza, algunos de más de 20 toneladas, son testigos de una civilización avanzada que aún genera muchas preguntas entre arqueólogos.

Justo a pocos metros está Mnajdra, otro complejo ceremonial orientado astronómicamente, desde donde se pueden ver amaneceres perfectamente alineados con el solsticio de verano. Es un lugar que mezcla ciencia, espiritualidad y naturaleza, todo en un mismo sitio.

8. Acantilados de Dingli: Panorámicas inolvidables

Ubicados en la costa oeste de la isla, son el punto más alto del país, con vistas que te dejarán sin aliento… y no solo por la caminata. Desde aquí podrás disfrutar de panorámicas espectaculares del mar Mediterráneo, especialmente al atardecer, cuando el cielo se tiñe de tonos naranjas y rosados. Muy cerca se encuentra la pequeña Capilla de Santa María Magdalena, un rincón solitario y lleno de encanto que le da aún más personalidad a este paisaje dramático.

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9. Rotonda de Mosta: Arquitectura impactante

También conocida como la Iglesia de Santa María, es uno de los templos más impresionantes que ver en Malta. Su cúpula (una de las más grandes del mundo) domina el paisaje del pueblo de Mosta y es visible desde varios puntos de la isla. De hecho, es tan imponente que muchos la comparan con el mismísimo Panteón de Roma.

Pero lo que realmente hace famosa a esta iglesia no es solo su arquitectura monumental, sino una historia casi milagrosa: durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba atravesó su cúpula mientras se celebraba una misa… y no explotó. Hoy, puedes ver una réplica del proyectil en una sala dentro de la iglesia.

10. Rabat: Catacumbas e historia religiosa

Lo más famoso de Rabat son sus catacumbas, túneles subterráneos que datan de la época romana y que servían como lugares de entierro y culto para las primeras comunidades cristianas de la isla. Las Catacumbas de San Pablo y las de Santa Ágata son las más visitadas, con pasadizos excavados en la roca, inscripciones antiguas y frescos religiosos que te transportan siglos atrás.

Pero Rabat es mucho más que catacumbas. Sus calles estrechas están llenas de historia viva: iglesias barrocas, conventos, casas tradicionales con balcones coloridos y cafés donde sentarte a ver pasar la vida maltesa. No te pierdas una visita a la Gruta de San Pablo, un santuario que según la tradición marcó el lugar donde el apóstol se refugió tras naufragar en Malta.

11. Las Tres Ciudades: Vittoriosa, Senglea y Cospicua

Si buscas sumergirte en la historia viva de Malta, no puedes dejar fuera de tu lista qué ver en Malta a Las Tres Ciudades: Vittoriosa (Birgu), Senglea (Isla) y Cospicua (Bormla). Estas ciudades fortificadas, situadas frente al espectacular Gran Puerto de La Valeta, son verdaderos tesoros de la arquitectura militar y civil de la isla. Vittoriosa es la más antigua y quizás la más fascinante. Aquí puedes caminar por callejuelas estrechas flanqueadas por casas de piedra con balcones de madera y descubrir lugares históricos como el Forte St. Angelo, que jugó un papel clave durante el Gran Sitio de 1565.

Senglea te regala vistas de postal desde su famoso mirador Gardjola Gardens, con esculturas de ojos y orejas que simbolizaban la vigilancia sobre el puerto. Es el lugar perfecto para fotos épicas del skyline de La Valeta. Cospicua, la más grande de las tres, también está llena de historia, con murallas impresionantes y un ambiente local más relajado.

Estas ciudades son menos turísticas que La Valeta pero igual de impactantes, ideales para perderse, disfrutar de la gastronomía tradicional en trattorias locales y sentir la esencia auténtica de Malta.

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12. Isla de Gozo: Cultura rural y naturaleza

A solo 25 minutos en ferry desde Malta, Gozo ofrece un ritmo mucho más pausado y rural, ideal para quienes buscan desconectarse del bullicio turístico y sumergirse en paisajes auténticos.

Gozo es famosa por su naturaleza verde, sus colinas onduladas y sus pueblos tranquilos donde el tiempo parece haberse detenido. Aquí puedes visitar la Ciudadela de Victoria, una fortaleza medieval con vistas panorámicas de toda la isla, o perderte en calles adoquinadas llenas de encanto local.

Para los amantes de la historia, Gozo alberga el impresionante Templo de Ġgantija, aún más antiguo que las pirámides de Egipto y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y para quienes prefieren el mar, las calas y playas de Gozo son un espectáculo: Ramla Bay con su arena rojiza, o los acantilados de Ta’ Ċenċ para caminatas escénicas.

13. Isla de Comino y Laguna Azul

Si hay un lugar que parece sacado de un catálogo del paraíso, es la Isla de Comino y su famosa Laguna Azul, uno de los sitios más icónicos que ver en Malta. Esta diminuta isla, ubicada entre Malta y Gozo, es prácticamente deshabitada, lo que la convierte en un refugio perfecto para escapar de la rutina y sumergirse en un mar de tonos turquesa imposibles de olvidar.

La Laguna Azul (Blue Lagoon) es la gran estrella del lugar: un brazo de mar poco profundo con aguas tan claras que parecen una piscina natural. Aquí podrás nadar, hacer snorkel o simplemente flotar mientras admiras el fondo marino de arena blanca. Es también uno de los lugares más fotogénicos de todo el archipiélago maltés.

Pero Comino no es solo su laguna: también puedes explorar pequeñas calas menos concurridas como Crystal Lagoon, o caminar por senderos que te llevan a la Torre de Santa María, una antigua fortificación con vistas panorámicas.

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14. Popeye Village: Escenario de película y atracción familiar

Ubicado en la pintoresca bahía de Anchor, Popeye Village parece un cuadro viviente, con casitas torcidas y fachadas de colores brillantes que encantan a grandes y chicos. Aquí puedes pasear por los decorados originales, interactuar con actores disfrazados de los personajes del clásico, y ver shows en vivo que te sacarán más de una sonrisa.

Además, el lugar tiene actividades para todos los gustos: áreas de juego para niños, barcas para recorrer la bahía y puntos panorámicos para hacer fotos espectaculares del pueblo contra el mar turquesa. En verano incluso puedes nadar o tomar el sol en plataformas flotantes.

15. Golden Bay y Ghadira Bay: Playas paradisíacas

Golden Bay es famosa por su amplia franja de arena dorada (de ahí su nombre), sus vistas impresionantes al atardecer y su ambiente animado pero cuidado. Cuenta con buenos servicios, chiringuitos y hasta un hotel con terraza panorámica donde puedes tomar algo mientras ves el sol hundirse en el horizonte. Es ideal para familias, parejas o grupos de amigos que buscan comodidad y belleza en un solo lugar.

Ghadira Bay (también llamada Mellieha Bay) es la playa más grande de Malta, con aguas poco profundas perfectas para quienes viajan con niños o no son nadadores expertos. Además de ser muy accesible en transporte público, ofrece alquiler de sombrillas, tumbonas, y la posibilidad de hacer paddle surf o kayak.

16. Sliema y St. Julian’s: Modernidad junto al mar

Sliema es perfecta para paseos relajados junto al mar gracias a su famoso paseo marítimo que se extiende varios kilómetros, salpicado de cafés, restaurantes y miradores con vistas impresionantes a la capital maltesa. Es el lugar ideal para hacer shopping en tiendas internacionales o disfrutar de una cena con vistas en uno de sus muchos rooftops y terrazas.

Por su parte, St. Julian’s tiene un ambiente más animado y juvenil. Aquí encontrarás la famosa Paceville, la zona de bares y discotecas donde la vida nocturna se prolonga hasta el amanecer. Pero St. Julian’s no es solo fiesta: la bahía de Spinola, con sus barquitas tradicionales luzzu y restaurantes frente al agua, ofrece un encanto mediterráneo irresistible.

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17. Palacio del Gran Maestre y Concatedral de San Juan

El Palacio del Gran Maestre fue la residencia oficial de los líderes de la Orden de San Juan, y hoy alberga la oficina del Presidente de Malta y el Parlamento. Su fachada austera esconde salones ricamente decorados con tapices flamencos del siglo XVII, retratos, armaduras y muebles históricos. Además, la Armería del Palacio tiene una de las colecciones más notables de armas y armaduras en Europa, dando vida a la época de los caballeros hospitalarios.

A pocos pasos se encuentra la Concatedral de San Juan, uno de los templos más espectaculares del Mediterráneo. Por fuera, su fachada es sobria, pero el interior te dejará sin aliento: cada centímetro está cubierto de oro, mármol tallado y frescos barrocos. Aquí se encuentra el famoso cuadro “La decapitación de San Juan Bautista” de Caravaggio, una obra maestra única firmada por el pintor.

18. MUZA y Museo Arqueológico Nacional

MUŻA (Museum of Fine Arts) es el museo nacional de arte de Malta y ocupa un palacio del siglo XVII con mucho encanto. Aquí encontrarás desde retratos barrocos de caballeros hasta arte moderno maltés. El nombre MUŻA es un acrónimo en maltés que significa “Inspiración” y eso es justamente lo que ofrece: salas luminosas llenas de historia, creatividad local e influencia europea. Además, su diseño interactivo invita a reflexionar sobre el papel del arte en la identidad maltesa.

Por su parte, el Museo Arqueológico Nacional te lleva mucho más atrás en el tiempo. En sus salas se exhiben hallazgos prehistóricos únicos, incluyendo estatuillas y relieves de los templos megalíticos de Malta como Ħaġar Qim y Tarxien. La estrella de la colección es la famosa “Sleeping Lady”, una figura de terracota que fascina por su misterio y belleza.

19. Salas de Guerra Lascaris y refugios subterráneos

Ubicadas bajo los bastiones de La Valeta, estas salas subterráneas formaban un complejo centro de mando secreto durante la Segunda Guerra Mundial.

Aquí, oficiales británicos dirigieron la defensa de Malta durante los intensos bombardeos del Eje y coordinaron la famosa invasión aliada de Sicilia en 1943. Hoy, puedes recorrer túneles excavados en la roca y ver salas restauradas con mapas, teléfonos y mobiliario original, sintiéndote como un estratega en plena guerra.

Muy cerca, Malta está llena de refugios subterráneos que recuerdan la vida de los civiles durante los incesantes ataques aéreos. En algunos pueblos, como Birgu o Mgarr, se pueden visitar estos refugios excavados a mano, donde las familias se resguardaban durante las alarmas.

20. Jardines Upper Barrakka y Lower Barrakka

Upper Barrakka Gardens es probablemente el mirador más famoso de Malta. Situado en lo alto de las murallas, ofrece panorámicas espectaculares del Gran Puerto, Las Tres Ciudades y los barcos que surcan sus aguas. Cada día al mediodía y a las 16:00 se dispara la Saluting Battery, un cañón ceremonial que evoca el pasado militar de la ciudad y es un espectáculo imperdible para visitantes. Además, el parque está lleno de estatuas, arcos y bancos sombreados donde relajarse del bullicio urbano.

A un corto paseo, Lower Barrakka Gardens es su hermano menos concurrido pero igual de encantador. Su gran joya es el Templo de Neptuno, un monumento de estilo neoclásico rodeado de flores y palmeras, con vistas directas al puerto y al majestuoso Fort St. Angelo. Es el lugar perfecto para un momento más íntimo o una sesión de fotos al atardecer.

Upper Barrakka Gardens

21. Acuario Nacional de Malta

El Acuario Nacional de Malta es una de las atracciones familiares más destacadas que ver en Malta, ideal para quienes viajan con niños o simplemente aman el mundo marino. Situado en Qawra, al norte de la isla, su edificio en forma de estrella de mar ya es un atractivo en sí mismo.

Dentro, podrás recorrer más de 40 tanques que albergan especies del Mediterráneo, el océano Atlántico y los trópicos. Desde peces payaso y tiburones hasta rayas elegantes y medusas hipnotizantes, el acuario ofrece un recorrido educativo y fascinante por la biodiversidad marina. Además, tiene un túnel submarino donde sentirás que caminas entre tiburones y bancos de peces.

22. Fort St. Elmo y sus vistas al puerto

Situado en la punta de la península de La Valeta, este imponente fuerte fue clave para la defensa de la isla durante siglos. Su posición estratégica le permitía vigilar la entrada del Gran Puerto y el Puerto de Marsamxett, convirtiéndolo en un baluarte indispensable en la época de los Caballeros de la Orden de San Juan.

23. Ggantija y Tarxien: Templos megalíticos

Ġgantija, cuyo nombre significa “torre de los gigantes”, es un conjunto de dos templos colosales construidos entre 3600 y 3200 a.C. La leyenda dice que fueron levantados por una mujer gigante debido al tamaño monumental de sus piedras. Pasear por sus muros de caliza, algunos de más de 5 metros de altura, te transporta a un pasado casi mítico y plantea preguntas fascinantes sobre la capacidad de las antiguas civilizaciones.

En la isla de Malta, los templos de Tarxien son igual de sorprendentes. Construidos entre 3150 y 2500 a.C., están decorados con relieves únicos de espirales y figuras animales, que nos dan pistas sobre los rituales y la vida espiritual de los antiguos malteses. Es uno de los yacimientos más elaborados de la prehistoria maltesa y ofrece un recorrido muy bien acondicionado para visitantes.

24. Casa Rocca Piccola

Entre los tesoros menos conocidos que ver en Malta, la Casa Rocca Piccola es una joya escondida en La Valeta. Este palacio del siglo XVI ha sido hogar de la nobleza maltesa durante más de 400 años y sigue habitado hoy en día por la familia de los Marqueses de Piro.

Una visita guiada por sus salas te lleva a un viaje íntimo al pasado aristocrático de Malta: elegantes comedores, salones decorados con antigüedades, colecciones de arte, vajillas de plata y hasta un refugio subterráneo utilizado durante la Segunda Guerra Mundial. Además, los dueños suelen ofrecer las visitas personalmente, compartiendo anécdotas familiares que hacen la experiencia aún más auténtica.

25. Teatro Manoel y la escena cultural de Malta

Inaugurado en 1732 por el Gran Maestre António Manoel de Vilhena, este teatro barroco es un tesoro arquitectónico con su auditorio ovalado, palcos de madera pintada y una magnífica lámpara de cristal que ilumina sus frescos.

Hoy en día sigue siendo el corazón de la vida cultural de La Valeta, con un programa que incluye ópera, teatro, música clásica y contemporánea. Incluso puedes hacer visitas guiadas para recorrer el escenario, el auditorio y los camerinos mientras aprendes sobre su fascinante historia.

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Cicloturismo en Bélgica

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Bélgica es un país con una geografía plana, un clima primaveral que va de mayo a septiembre y una extensa red de caminos adoquinados, lo que lo convierte en el lugar ideal para recorrer en bicicleta. Hoy les presentamos el cicloturismo en Bélgica, una manera diferente de explorar el país. Con estas características, es lógico que el cicloturismo sea una de las principales fortalezas del territorio valón. Existen numerosas redes; unas cruzan el país y forman parte de rutas que se extienden por toda Europa, otras son exclusivas de las regiones de Valonia o Flandes. También hay Vías Verdes que aprovechan los viejos carriles de tren en desuso e incluso rutas urbanas para descubrir las ciudades en bicicleta. Empecemos con un pequeño glosario básico del cicloturismo en Bélgica para entender algunos de los términos que se utilizan en este ámbito. Los nodos son números que corresponden a puntos de intersección en el mapa. Para planificar una ruta, simplemente hay que ir siguiendo los nodos que se desean visitar. Fietspad se refiere al carril exclusivo para bicicletas. LF, son trayectos extensos, ideales para hacer un paseo en bicicleta y explorar las diversas regiones. Red RAVel, son las vías verdes de Bélgica, anteriormente utilizadas por el tren, ahora desactivadas. Viaja con seguridad por Bélgica Estás a punto de embarcarte en un viaje que deseas que sea impecable. Por ello, es crucial saber que siempre estarás en las mejores manos. Un resbalón en las calles adoquinadas del país que te cause una fractura, un accidente circulando por sus caminos o cualquier enfermedad que en México sería algo menor, aquí podría traducirse en altísimos costos en centros médicos privados. Pero, al contar con tu asistencia y seguro de viaje a Bélgica, te garantizas el acceso a los mejores hospitales sin desembolsar de tu bolsillo. El seguro de viaje a Europa es la póliza ideal para este destino. Además de contar con excelentes coberturas médicas que te permiten acceder a los mejores especialistas, viajarás con otras coberturas pensadas para protegerte en situaciones como robo y daños al equipaje, inconvenientes con tus transportes, problemas con tu equipaje, repatriación o transporte sanitario de heridos o enfermos, y regreso anticipado en caso de fallecimiento u hospitalización de un familiar. No arriesgues tu tranquilidad y contrata tu asistencia y seguro de viaje: Explorando la ciudad Al llegar a la capital, notarás que rentar bicicletas es algo común. Hay numerosos puntos de renta, e incluso algunos hoteles ya cuentan con este servicio. En Bruselas, por ejemplo, la Promenade Verte es una ruta de 60 km que rodea la ciudad, pasando por sus parques más importantes. Es una travesía urbana fácil de completar y con vistas agradables. Este recorrido alrededor de Bruselas también puede hacerse caminando, y te permite conocer la arquitectura típica de la zona, ya que atraviesa barrios residenciales, así como bosques y praderas donde habitan diversos animales. Recorrido extenso En Valonia y, en menor medida, en Flandes, el turismo en bicicleta está muy desarrollado, con numerosas rutas diseñadas para explorar estas regiones mediante este medio de transporte. Algunos de estos trayectos son temáticos, como la ruta de Waterloo en Valonia, que parte de este punto y llega hasta Hestrud, en el norte de Francia, atravesando lugares clave de la famosa batalla a lo largo de unos 90 km. En el sitio web fietsnet.be puedes planear tu propia ruta de manera muy sencilla. Aunque la página está en neerlandés, es fácil de usar y, además, ¡puedes imprimir tu recorrido para llevarlo contigo y no perderte! Una opción diferente a la bicicleta Las vías verdes ofrecen muchas oportunidades para explorar zonas rurales de manera ecológica. Una alternativa muy entretenida a la bicicleta (especialmente para quien se sienta en medio y no pedalea) son las vagonetas que funcionan sobre rieles de tren y se mueven a pedales. Existen recorridos de hasta 15 km y 3 horas de duración que son ideales para realizar en familia o con amigos. Las vagonetas, que tienen capacidad para 4-5 personas, se pueden rentar desde 320 pesos. Quienes hacen ejercicio son las personas que van en los extremos, permitiendo que quienes van en el medio disfruten tranquilamente del paisaje. Como habrán podido notar, Bélgica es un país con infraestructuras ciclistas comparables a las de Países Bajos, y cuenta con una gran cantidad de naturaleza e historia para descubrir.

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