Reducir nuestros residuos mientras viajamos

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Basura acumulada en la calle junto a un contenedor, con luz de atardecer.

Con la colaboración de diversas entidades, organizaciones, blogueros y medios que se unen progresivamente a la causa, cada vez más personas comprenden la gran importancia de viajar de forma consciente y respetuosa con los destinos que eligen. Existen muchas maneras de lograrlo: desde colaborar con ONG’s hasta ser conscientes de la necesidad de proteger la fauna del lugar que visitamos. Cada una de estas acciones merece ser detallada en artículos específicos. Pero hoy, en el blog de IATI México, el experto en asistencias y seguros de viaje, te hablaremos sobre la importancia de minimizar nuestra huella medioambiental mientras exploramos el mundo.

El plástico, el gran adversario

De acuerdo con el Banco Mundial, en 2016 se generaron más de 1.3 billones de toneladas de basura. Para poner esto en perspectiva, aquí están todos sus ceros: 1,300,000,000,000 kilogramos. ¡Es una cantidad inmensa! De este total, aproximadamente un 27% está compuesto principalmente por plástico y papel. Como es bien sabido, los residuos plásticos son un problema gigantesco a nivel global, afectando mucho más que solo la imagen de países como India que tienen basura en muchos de sus rincones.

viajar sostenible

Al viajar, tenemos tanto la oportunidad como la obligación de reducir nuestro impacto en los lugares que visitamos, y esto se puede lograr de varias formas.

No usar bolsas de plástico

Las bolsas de plástico, junto con las botellas, constituyen una gran parte del consumo de plástico. A menudo, no nos damos cuenta de su uso excesivo porque es algo que ya hemos normalizado, pero prácticamente en cada comercio nos entregan varias. Ya sea en el súper, la farmacia, la panadería o cuando compramos ropa. En muchos países y regiones se ha comenzado a prohibir su uso e incluso a imponer multas por ello. Por ejemplo, en México, la Ciudad de México prohibió las bolsas de plástico no biodegradables a partir de enero de 2020. Si quieres contribuir a reducir este problema, una excelente idea es viajar con una bolsa de tela que puedas reutilizar, evitando así el consumo de plástico. Estarás haciendo una gran diferencia, y este artículo, bien doblado, no te ocupará casi espacio en tu equipaje.

Beber y comer sin plástico

Llegas a un país con clima cálido y sientes sed. Te sientas en una terraza y pides un refresco. Hasta aquí todo normal, ¿verdad? El problema surge cuando insertan un popote de plástico en tu bebida. Si piensas que un popote es inofensivo, probablemente te interesará saber que solo en Estados Unidos se usan más de 500 millones al día. Si esto aún no te preocupa, consideremos esto: los popotes de plástico representan el 8% de la basura marina. En México, varias entidades federativas han prohibido el uso de popotes de plástico en establecimientos comerciales desde enero de 2021.

viajar sostenible

¿Cómo podemos hacer frente a esto? Muy sencillo, deja de usar popotes de plástico. Además de contaminar, está comprobado que pueden provocar desde gases hasta arrugas faciales. Si estás tan habituado a su uso que no puedes imaginarte bebiendo sin ellos, hay otra opción. Cada vez más tiendas venden popotes reutilizables hechos de diversos materiales, como el acero inoxidable. Este tipo de popotes son fáciles de lavar, transportar y ocupan lo mismo que un cepillo de dientes, así que no hay excusa para no tener uno.

Así como pasa con las bolsas o los popotes, las botellas de plástico también son un gran problema. ¿Cuántas botellas de agua consumes durante cada viaje? Multiplícalo por la cantidad de viajeros que recorren el mundo cada año y verás la enorme cantidad de basura que genera. Una forma sencilla de reducir su uso es adquiriendo una botella reutilizable. Existen de muchos materiales diferentes, resistentes a golpes e incluso plegables para ahorrar espacio cuando viajes. Las puedes rellenar en fuentes, grifos de agua potable y en las cada vez más comunes estaciones de recarga de agua que se están extendiendo en lugares como Asia y Sudamérica. En México, algunas ciudades han comenzado a instalar estaciones de recarga de agua potable, facilitando la vida de quienes desean disminuir su impacto ambiental mientras viajan.

Igualmente, si te interesa, puedes encontrar reemplazos reutilizables para muchos otros utensilios comunes.

Copa menstrual

La copa menstrual es una excelente compañera para viajeras que desean disminuir su impacto ambiental. Este artículo reemplaza a las toallas femeninas y tampones convencionales y, al ser reutilizable, evita cada año una gran cantidad de residuos innecesarios. Además, con el tiempo, representa un considerable ahorro económico, ya que elimina la necesidad de compras regulares. Existen en diversos materiales, tamaños y precios.

Otros cosméticos

La copa menstrual no es el único producto de cuidado personal que puede ayudarnos a reducir el consumo de plásticos. Hay cepillos de dientes de bambú, rastrillos reutilizables y peines de madera. Si buscas una transición sencilla, puedes dejar los jabones líquidos y optar por las clásicas barras de jabón, ayudando así a reducir toneladas de plástico en envases.

Las 3 R’s: Reduce, Reutiliza, Recicla

Además de estas simples estrategias para disminuir el uso de plástico, hay muchas otras formas de reducir tu impacto ambiental mientras viajas. Una buena manera de comenzar es aplicar la “Regla de las tres R”. Reduce el consumo para generar menos residuos, reutiliza todo lo que sea posible y, por último, recicla lo que ya no puedas usar.

– Menos comida para llevar: Si puedes elegir, procura no abusar de la comida para llevar y opta por comer en el lugar. Así evitas los envoltorios de plástico y cartón que suelen utilizar para empacar los alimentos.

– Evita el exceso de embalaje: Al comprar, por ejemplo, un manojo de manzanas en el supermercado, es probable que vengan en una charola de unicel y envueltas en plástico. En cambio, en un mercado local o puesto callejero, podrás llevarlas directamente en tu bolsa de tela.

– Recoge y recicla tu basura: No siempre disponemos de contenedores cerca para reciclar o tirar nuestros desechos. Usa alguna de las bolsas de plástico que seguramente acabarán en tus manos para recoger toda tu basura y deposítala en el contenedor adecuado. Si estás en la playa o en la montaña, una gran idea es aprovechar esa bolsa para recoger otros desechos que encuentres, como papel, plástico o latas.

– Evita los tickets y el papel: Seguro te han preguntado “¿Quiere una copia del ticket?”. Reducir tu huella ecológica va más allá del plástico. Disminuir el uso innecesario de papel también cuenta. Evita pedir tickets cuando no los necesites. Asimismo, si tienes la posibilidad, no imprimas tus reservaciones de vuelo. Usa las alternativas digitales como códigos QR y archivos PDF, que son ampliamente aceptados en México.

– Opta por moverte de forma verde: Siempre que sea posible, elige la opción más ecológica. El transporte público genera menos residuos que un taxi, y mejor aún es un paseo en bicicleta.

Como decía el Capitán Planeta, “¡Los pequeños cambios tienen un gran impacto!”. Aquí te damos algunos consejos para disminuir tu huella ecológica mientras viajas, pero hay muchos otros. ¿Tienes alguno que se nos haya pasado por alto? ¡Nos encantaría saberlo! Déjalo en los comentarios y lo añadiremos a nuestra lista.

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IATI Travel Shakers: Un evento para concientizar el turismo responsable

IATI Travel Shakers: Un evento para concientizar el turismo responsable

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Durante abril de 2024, la ciudad de Barcelona fue el escenario de un evento que vino a sacudir la forma en que pensamos el turismo: el IATI Travel Shakers. Organizado por IATI Seguros, este encuentro pionero tuvo como objetivo concientizar sobre la necesidad urgente de viajar de forma más responsable. Y en esta primera edición, sobre un tema que muchas veces pasa desapercibido: el impacto del turismo en los animales. Aquí te contamos con más detalle sobre este evento que vino a revolucionar la forma de viajar con mayor responsabilidad con el medio ambiente. ¿Qué es IATI Travel Shakers? IATI Travel Shakers es un evento creado por IATI Seguros con un objetivo claro: agitar conciencias en el mundo del turismo. Nace como un espacio de reflexión y acción donde se invita a repensar la forma en la que viajamos. También, a cuestionar lo que consumimos como turistas y a promover un modelo de viaje más responsable, ético y sostenible. Este evento pionero está diseñado para unir a viajeros, creadores de contenido, profesionales del sector, científicos y activistas en torno a temáticas que necesitan visibilidad urgente dentro del turismo. Como el impacto ambiental, la protección animal, el respeto cultural y la responsabilidad social. Cada edición tiene una temática específica y se plantea como una experiencia transformadora, tanto informativa como emocional. Lejos de ser una charla más, IATI Travel Shakers propone conversaciones necesarias, datos que sacuden y experiencias que inspiran, todo desde un enfoque constructivo y con el compromiso firme de generar un cambio real en la comunidad viajera. El impacto del turismo en los animales: una realidad que no podemos ignorar Paseos en elefante, espectáculos con delfines, selfies con felinos sedados, visitas a zoológicos disfrazados de santuarios… Todo esto forma parte de una industria que, aunque genera ingresos, también deja consecuencias devastadoras en millones de animales alrededor del mundo. La primera edición de IATI Travel Shakers en el 2024 eligió enfocarse precisamente en esto: el patrimonio animal y cómo el turismo puede afectarlo de manera directa. Incluso cuando creemos estar “solo observando”. El evento buscó exponer esta problemática desde distintas perspectivas, y abrir el diálogo sobre qué tipo de experiencias estamos fomentando como viajeros. Viajar responsablemente también implica revisar el impacto que nuestras decisiones tienen sobre los seres vivos con los que compartimos el planeta. Y si bien la solución no es dejar de viajar, sí lo es hacerlo con mayor conciencia, cuestionando lo que consumimos y a qué tipo de prácticas estamos apoyando con nuestro dinero. Más de 550,000 animales afectados por el turismo Durante el evento, se presentó un informe realizado en conjunto con la FAADA (Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales). En este informe se reveló una cifra alarmante: más de 550,000 animales en todo el mundo sufren consecuencias negativas por actividades turísticas directas. Esto incluye desde el uso de animales en espectáculos, hasta interacciones forzadas en supuestos santuarios, pasando por condiciones inadecuadas en centros de rescate o transporte para entretenimiento. El dato sacude, pero también nos invita a actuar. Y lo más preocupante es que muchas de estas experiencias se promocionan como “inofensivas”, “educativas” o “interactivas”, cuando en realidad implican estrés, confinamiento, separación de sus hábitats naturales o incluso enfermedades causadas por el contacto constante con humanos. Este número no solo es una llamada de atención para la industria del turismo, sino también para nosotros como consumidores: cada decisión cuenta. Así fue la primera edición de IATI Travel Shakers 2024 Como lo mencionamos antes, el pasado 18 de abril de 2024, Barcelona fue testigo de un evento que dejó huella en el mundo del turismo: la primera edición de IATI Travel Shakers y el lugar elegido fue Taller Bornay. Un espacio donde se reunieron viajeros, expertos en conservación, creadores de contenido y amantes del turismo consciente con un mismo propósito: repensar cómo viajamos y qué impacto dejamos con cada paso. A lo largo del evento se ofrecieron charlas, mesas redondas y talleres con un enfoque claro: mostrar el daño que muchas prácticas turísticas provocan en los animales silvestres, y cómo podemos transformarlo desde la acción individual y colectiva. Y todo esto, con el firme propósito de sacudir al viajero desde la conciencia y motivarlo a elegir un camino más ético. Las voces que lideran el cambio: ponentes de impacto en IATI Travel Shakers 2024 El evento reunió a ponentes con perfiles diversos y cada uno aportó una visión única, enriqueciendo la conversación desde su especialidad. Aquí te comentamos quienes lideraron este evento: • Dani Serralta, explorador, activista y fundador de Tribu Kifaru, habló de su lucha contra la caza furtiva en África. Durante su ponencia, dejó claro que el turismo bien gestionado puede salvar especies enteras, como ha ocurrido con los gorilas en Uganda. • Laura Núñez, fotógrafa especializada en fauna salvaje, compartió su experiencia capturando animales en libertad de forma ética. En su charla dejó una reflexión poderosa: “no todo vale por un like”. Nos recordó la importancia de conocer el comportamiento animal para no interferir en su bienestar al tomar fotos. • Andrea Torres, bióloga y creadora del proyecto Travelleating, además de portavoz de FAADA, puso sobre la mesa el daño silencioso que el turismo causa en miles de animales por pura desinformación. Su mensaje fue directo: “somos los que vemos las consecuencias de la explotación animal, y hay que frenarlo”. • Y, por último, Olga Feliu, veterinaria y directora de la Fundación Mona, habló sobre los primates rescatados del maltrato en espectáculos. Desde su experiencia como etóloga, dejó claro que el contacto constante con humanos puede traer consecuencias físicas y emocionales graves para los animales. ¿Puede el turismo ayudar a conservar en lugar de dañar? Aunque muchas veces se habla del turismo como una actividad que degrada ecosistemas y perjudica a los animales, la realidad es que también puede ser una herramienta de conservación poderosa, siempre y cuando se practique de forma responsable, ética y bien gestionada. El ejemplo más claro lo compartió Dani Serralta, al hablar de los gorilas de montaña en Uganda. Gracias al turismo responsable, la población de esta especie ha dejado de disminuir, ya que los ingresos generados por las visitas se destinan directamente a su protección, la vigilancia contra cazadores furtivos y el desarrollo de comunidades locales que ahora ven a estos animales como un recurso valioso que deben cuidar. El turismo bien enfocado puede crear empleos, fomentar la educación ambiental, financiar reservas naturales y promover el respeto por la vida silvestre. Pero para que esto suceda, es necesario que tanto los prestadores de servicios como los viajeros estén informados y comprometidos con prácticas sostenibles. El papel de IATI en el turismo responsable En IATI Seguros no solo hablamos de turismo responsable: lo practicamos, lo impulsamos y lo hacemos parte de nuestro ADN. Desde hace años, venimos desarrollando acciones que van mucho más allá de ofrecer seguros de viaje. No solo educamos, patrocinamos iniciativas sociales y medioambientales, y ahora también creando espacios como estos. En estos 140 años de experiencia nos hemos sabido adaptarnos a las nuevas formas de viajar, pero también a las nuevas responsabilidades que vienen con ello. Nuestro apoyo a proyectos y la donación de un porcentaje de nuestros ingresos a causas sociales, demuestra nuestro compromiso genuino. La creación de IATI Travel Shakers es una extensión natural de esa filosofía: un espacio para provocar reflexión, conversación y acción en torno al impacto del turismo en el planeta y en los seres vivos que lo habitan. No es un evento publicitario, sino una plataforma para poner temas urgentes sobre la mesa, dar voz a quienes están trabajando por el cambio, y mostrar a los viajeros que sí se puede recorrer el mundo con conciencia. ¿Qué se puede esperar para IATI Travel Shakers en este 2025? Tras el éxito y el impacto generado en su primera edición, IATI Travel Shakers promete volver con más fuerza este 2025. Aunque aún no se han revelado todos los detalles, ya se habla de una próxima edición aún más ambiciosa, con nuevas temáticas que seguirán cuestionando y transformando la forma en la que entendemos el turismo. Para este nuevo año, se espera que el evento amplíe su alcance y convoque a más voces internacionales, sumando experiencias de distintos rincones del mundo. Lo que sí está claro es que IATI Travel Shakers llegó para quedarse, y que su objetivo de construir una comunidad de viajeros conscientes solo acaba de comenzar. Si el 2024 fue el punto de partida, el 2025 apunta a ser el año en que este movimiento se consolide y crezca.

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Conoce la nueva forma de viajar: qué es el Slow Travel y cuáles son sus beneficios

Conoce la nueva forma de viajar: qué es el Slow Travel y cuáles son sus beneficios

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¿Has regresado de un viaje sintiendo que no lo viviste realmente? A muchos nos ha pasado. Llegamos a casa con la sensación de que el viaje se fue en un abrir y cerrar de ojos. Y no es para menos: en un mundo donde todo va tan rápido, el turismo también se ha vuelto acelerado. Justo como respuesta a ese ritmo surge el Slow Travel, una forma de viajar que propone desacelerar, conectar y vivir cada destino con intención. Cada vez más viajeros lo adoptan para redescubrir el verdadero sentido de viajar: disfrutar sin prisa, con conciencia y profundidad. ¿Quieres saber más sobre esto? Aquí te lo contamos. ¿Qué es slow travel? Slow Travel es una forma de viajar que apuesta por la calidad de la experiencia en lugar de la cantidad de destinos. En lugar de correr de un sitio a otro tachando lugares de una lista, esta filosofía propone recorrer menos, pero vivir más intensamente cada lugar que visitas. El Slow Travel no se trata solo de moverse lento, sino de viajar con intención y conexión. Significa tomarte el tiempo para conocer el ritmo local, conversar con sus habitantes, probar la gastronomía tradicional sin prisas y dejar que el viaje fluya sin presiones ni itinerarios estrictos. Esta forma de turismo nació como una extensión del movimiento Slow Food, que promueve el consumo consciente y local. Al igual que en la cocina, el Slow Travel apuesta por experiencias auténticas y sostenibles, alejadas del turismo masivo. Principios del slow travel El Slow Travel no es solo una forma de viajar, sino una filosofía que transforma por completo la manera en que entendemos el turismo. Sus principios invitan a desacelerar, a vivir el presente y a conectar genuinamente con los destinos y sus comunidades. A continuación, te comparto los pilares que sustentan esta forma de viajar: 1. Menos es más En lugar de visitar cinco ciudades en una semana, el Slow Travel propone elegir uno o dos lugares y explorarlos a fondo. Esto permite descubrir aspectos culturales, históricos y humanos que suelen pasar desapercibidos en los viajes acelerados. 2. Conexión con la comunidad local Se basa en relacionarte con los habitantes del destino. Se trata de aprender de sus costumbres, apoyar negocios familiares, hospedarte en alojamientos locales y participar en actividades comunitarias. Más que turista, eres un visitante consciente. 3. Tiempo para disfrutar No se trata de llenar cada hora del día con actividades. Esta filosofía propone dejar espacios libres para improvisar, para simplemente caminar sin rumbo, leer en una plaza, o sentarte a conversar con alguien del lugar. El tiempo se vive, no se llena. 4. Sostenibilidad También tiene un fuerte enfoque ecológico. Al reducir desplazamientos, elegir transporte local, evitar grandes resorts y consumir productos de la región, tu huella de carbono se reduce significativamente. Además, fomentas una economía circular más justa. 5. Presencia y atención plena El viaje no comienza cuando llegas al destino, sino desde el momento en que decides vivirlo con intención. El Slow Travel nos invita a estar más presentes, a apreciar los detalles y a conectar con el entorno con todos los sentidos. Qué significa realmente viajar despacio Viajar despacio no es simplemente moverse más lento, ni significa que tengas que pasar semanas en el mismo lugar sin hacer nada. Viajar despacio es una forma de replantearte cómo vives tus viajes: con menos prisa, más conciencia y mucho más disfrute. Se trata de dejar de lado la obsesión por “verlo todo” y comenzar a valorar cada experiencia con más profundidad. En lugar de correr de un atractivo turístico a otro, el slow travel te invita a caminar sin mapa por una ciudad, sentarte a tomar un café con locales o perderte en un mercado sin mirar el reloj. Cuando eliges viajar despacio, te das el permiso de disfrutar más y planear menos. Puedes cambiar de ruta si así lo sientes, quedarte un día más si te enamoras de un lugar, o pasar la tarde entera aprendiendo una receta local. El objetivo no es tachar cosas de una lista, sino dejar que el destino te sorprenda. Además, viajar despacio también significa ser más respetuoso con el entorno y las comunidades que visitas. No saturas lugares turísticos, reduces tu impacto ambiental, consumes de forma local y fomentas un turismo más justo y consciente. Beneficios del Slow Travel para el viajero y los destinos Practicar el Slow Travel no solo transforma tu forma de viajar, también genera un impacto positivo en los lugares que visitas. Esta manera más consciente y relajada de moverte por el mundo trae beneficios tanto para ti como viajero, como para las comunidades que te reciben. Beneficios para ti como viajero • 1. Menos estrés, más disfrute: Olvídate del itinerario apretado. Al viajar sin prisas, eliminas esa ansiedad por “verlo todo” y ganas tiempo para realmente vivir lo que ves. Tus vacaciones se sienten como tal: descanso, conexión y momentos memorables. • 2. Experiencias auténticas: Al quedarte más tiempo en un destino, puedes conocer mejor su cultura, su gente y sus tradiciones. Tienes la oportunidad de entablar conversaciones reales, participar en actividades locales y descubrir rincones que no salen en Instagram. • 3. Ahorro económico: Aunque suene contradictorio, viajar despacio puede ser más barato. Al quedarte más tiempo en un lugar, puedes negociar mejores tarifas de hospedaje, comer en sitios locales (más ricos y más baratos) y evitar el gasto constante en transportes. • 4. Bienestar emocional: Este estilo de viaje promueve la atención plena. Estás más presente, más conectado contigo mismo y con tu entorno. Muchos viajeros que adoptan el slow travel dicen sentirse renovados, no agotados, al volver a casa. Beneficios para los destinos • 1. Impacto positivo en la economía local: El slow travel apuesta por el consumo local: fonditas, artesanos, cooperativas, hospedajes familiares… Al quedarte más tiempo, tu dinero realmente se queda en la comunidad. • 2. Turismo más sostenible: Menos desplazamientos, menos contaminación, más respeto por el entorno natural y cultural. Esta forma de viajar ayuda a reducir la huella ecológica y promueve un turismo más consciente y equilibrado. • 3. Descentralización del turismo: En vez de saturar los mismos lugares de siempre, el slow travel permite explorar destinos menos conocidos, dándoles visibilidad y apoyo económico. Esto ayuda a distribuir mejor los beneficios del turismo en regiones que usualmente no aparecen en los folletos turísticos. ¿Por qué México es ideal para practicar Slow Travel? Si hay un país perfecto para tomarse las cosas con calma, ese es México. Su diversidad de paisajes, riqueza cultural, gastronomía única y el calor de su gente hacen que sea ideal para practicar el Slow Travel. Aquí no necesitas recorrer mil kilómetros para vivir una experiencia transformadora: basta con bajar el ritmo y dejarte llevar por el momento. A diferencia del turismo exprés que solo busca “palomear” lugares, el slow travel en México te invita a sentarte en una plaza, hablar con un artesano, probar una receta tradicional directamente de una cocinera local o simplemente mirar el atardecer en la playa sin prisas. Además, cada región tiene algo auténtico por ofrecer: desde pueblos mágicos llenos de historia hasta comunidades indígenas que han encontrado en el turismo consciente una forma de compartir su cultura sin perder su esencia. Te compartimos algunos destinos para practicar el slow travel en México: Destinos slow travel en México que debes conocer 1. San Cristóbal de las Casas, Chiapas Ubicado en los Altos de Chiapas, este pueblo mágico ofrece una experiencia cultural profunda. El clima fresco, los mercados indígenas, las cooperativas artesanales y el café de altura hacen que cada día valga la pena vivirlo con calma. Puedes disfrutar de las siguientes actividades: • Tomar un taller textil con artesanas tzotziles. • Pasar una tarde en el mercado local. • Explorar pueblos cercanos como Zinacantán o San Juan Chamula. • Hospedarte en un ecohostal con enfoque comunitario. 2. Valle de Bravo, Estado de México Este pueblo rodeado de bosque y lago es el refugio perfecto para quienes buscan descanso activo. Puedes caminar por senderos en medio de pinos, practicar kayak sin prisas o simplemente observar aves en silencio. Además, también puedes: • Hacer una caminata por la reserva de Monte Alto. • Comprar pan artesanal y disfrutarlo con un café frente al lago. • Asistir a retiros de yoga o meditación. • Visitar Avándaro y explorar sus cascadas. 3. Cuetzalan, Puebla Enclavado entre neblina y montañas, este pueblo indígena mantiene vivas sus tradiciones. Aquí, el tiempo se mide por el ritmo del café y las danzas prehispánicas. Puedes: • Visitar los cafetales y conocer el proceso artesanal del grano. • Explorar las cuevas y cascadas con guías locales. • Asistir a rituales del volador y mercados dominicales. • Hospedarte en una cabaña con vista a la selva. 4. Todos Santos, Baja California Sur Un pueblo entre el desierto y el mar que ha enamorado a artistas, surfistas y viajeros conscientes. Aquí la vida fluye sin horarios y la oferta cultural es constante pero tranquila. Actividades para hacer: • Surfear al amanecer y caminar por sus playas vírgenes. • Conocer los talleres de arte local y galerías. • Probar comida orgánica en huertos-restaurantes. • Hospedarte en casas boutique eco-amigables. 5. Izamal, Yucatán Conocido como “la ciudad amarilla”, Izamal tiene una energía muy particular. Es pequeña, tranquila y cargada de historia maya y colonial, perfecta para explorar a pie sin itinerarios. Disfruta de algunas de estas actividades: • Subir la pirámide Kinich Kakmó al atardecer. • Pasear en bici por sus calles empedradas. • Probar la cochinita pibil en un mercado. • Conversar con los artesanos que pintan en madera. 6. Real de Catorce, San Luis Potosí Antiguo pueblo minero convertido en destino místico. Sus paisajes desérticos y ruinas invitan a la contemplación y la reflexión, ideal para una desconexión profunda. Haz lo siguente: • Caminar por el Túnel Ogarrio. • Visitar el Cerro del Quemado, sitio sagrado wixárika. • Explorar a caballo antiguas minas y caminos reales. • Observar estrellas desde tu hospedaje en la sierra. 7. Mazunte, Oaxaca Un destino costero que ha encontrado el equilibrio entre turismo y sostenibilidad. Aquí no hay prisa, todo es calma: el mar, los rituales, la vida. Actividades de turismo lento: • Participar en el festival de música o poesía. • Asistir a un taller en el Centro Mexicano de la Tortuga. • Practicar yoga con vista al océano. • Hospedarte en una cabaña con techo de palma y vista al Pacífico. 8. Tepoztlán, Morelos Tierra de chamanes, volcanes y mercados orgánicos. A solo 1 hora de CDMX, es un respiro accesible para reconectar contigo mismo y con la naturaleza. Disfruta algunas de estas actividades: • Subir al cerro del Tepozteco sin prisa. • Visitar huertos orgánicos y aprender sobre permacultura. • Probar nieves artesanales con sabores locales. • Asistir a un temazcal o ceremonia ancestral. 9. La Huasteca Potosina, San Luis Potosí Más que una región, es una experiencia multisensorial. Cascadas, pozas turquesas, cuevas y selva. Aquí se viene a sentir, no a correr. Haz lo siguiente: • Nada en el río Tampaón. • Explora el Jardín Surrealista de Edward James en Xilitla. • Participa en proyectos ecoturísticos con comunidades. • Disfruta la comida huasteca casera. 10. Bacalar, Quintana Roo La famosa Laguna de los Siete Colores es un símbolo del turismo responsable en el Caribe. Aquí la consigna es una: cuidar para poder disfrutar. Descubre el turismo lento: • Haz kayak al amanecer en silencio. • Visita los estromatolitos sin tocarlos. • Duerme en eco-cabañas lejos del ruido. • Apoya cooperativas que promueven el turismo sustentable. Slow Travel vs turismo convencional: diferencias clave Aunque ambos implican viajar, la forma en que se vive el viaje cambia por completo. Aquí te dejamos las principales diferencias entre el Slow Travel y el turismo convencional, para que veas cuál se adapta mejor a tu forma de explorar el mundo: 1. Ritmo del viaje • Slow Travel: propone moverse con calma, quedarse más tiempo en un solo destino y evitar los itinerarios apretados. • Turismo convencional: apuesta por hacer más en menos tiempo, visitar muchos lugares rápidamente. 2. Tipo de experiencia • Slow Travel: busca experiencias auténticas, como comer en fondas locales, charlar con los habitantes o simplemente caminar sin rumbo. • Turismo convencional: prioriza visitar los puntos turísticos más conocidos y tomarse la clásica foto. 3. Conexión con la cultura local • Slow Travel: fomenta la integración con la comunidad, el respeto por las costumbres y el idioma. • Turismo convencional: muchas veces se limita a observar desde fuera sin involucrarse realmente. 4. Impacto ambiental y social • Slow Travel: reduce la huella ecológica usando transporte local, apoyando el comercio justo y hospedándose en lugares sostenibles. • Turismo convencional: suele generar más impacto negativo por los traslados constantes, el consumo en grandes cadenas y la masificación. 5. Propósito del viaje • Slow Travel: es una forma de reconectar contigo mismo, viajar de forma consciente y disfrutar de cada momento sin prisa. • Turismo convencional: muchas veces se trata de “desconectarse” por unos días, sin profundizar en el entorno. Comparativa: Slow Travel vs Turismo Convencional ¿Cómo empezar a practicar Slow Travel? Adoptar el Slow Travel no significa cambiar todo de la noche a la mañana. Es más bien un ajuste de mentalidad: pasar de tachar lugares en una lista, a vivir de verdad cada sitio que visitas. Y sí, puedes empezar con pasos pequeños. Lo primero es elegir un destino que te invite a quedarte más tiempo. En lugar de planear cinco ciudades en una semana, quédate en una y descúbrela sin prisa. Camina sus calles, desayuna en una cafetería local, habla con la gente. El Slow Travel no se trata de ver más, sino de entender mejor. Otro consejo clave: planea menos. Haz espacio en tu itinerario para la improvisación. Esos momentos espontáneos (una charla inesperada, una feria local, una caminata sin rumbo) suelen ser los más memorables. Opta por transportes más lentos y sostenibles. En vez de un avión, ¿por qué no un tren, autobús o incluso una bicicleta? Además de ser más ecológicos, te permiten observar mejor el paisaje y conectar con el trayecto, no solo con el destino. Por último, consume local: duerme en hospedajes familiares, come en fondas, compra en mercados, apoya a guías y proyectos comunitarios. Así no solo vives una experiencia más auténtica, sino que también apoyas a la economía del lugar. Consejos para planear un viaje estilo Slow Travel Adoptar el Slow Travel no significa complicarse la vida, al contrario: se trata de simplificar y viajar con más intención. Pero claro, para disfrutar al máximo de esta forma de viajar, es bueno tener en cuenta algunos puntos clave al momento de planear tu próxima aventura. Aquí te dejamos algunos consejos prácticos: 1. Elige un destino que realmente te interese (y quédate más tiempo) En lugar de intentar ver cinco ciudades en una semana, selecciona uno o dos destinos que te llamen la atención y quédate el tiempo suficiente para explorarlos con calma. Así podrás conocer más que los lugares turísticos: entenderás la vida local, su ritmo y su cultura. 2. Diseña un itinerario flexible No llenes cada día con actividades. Deja espacio para la espontaneidad, para caminar sin rumbo, conversar con locales o simplemente descansar. Parte del Slow Travel es vivir el presente sin la presión de "aprovechar al máximo cada minuto". 3. Hospédate en alojamientos con alma Opta por hospedajes locales, eco-friendly o familiares, donde puedas sentirte como en casa y apoyar directamente a la comunidad. Nada como un hostal, una posada o un Airbnb atendido por sus propios dueños para vivir la experiencia auténtica del lugar. 4. Consume local Come en fonditas, compra en mercados y apoya los negocios de barrio. Además de ahorrar, estarás conectando con la gastronomía real del destino y promoviendo un turismo más consciente y sostenible. 5. Desconéctate (un poco) No necesitas subir cada foto al momento. Permítete disfrutar de lo que estás viviendo sin sentir la necesidad de documentarlo todo. El Slow Travel también es una oportunidad para reconectar contigo mismo y con lo que te rodea. 6. Prioriza el transporte lento y sustentable Siempre que puedas, elige moverte a pie, en bicicleta, en tren o en transporte público. Verás mucho más, gastarás menos y reducirás tu huella ambiental. Conclusión: Qué es Slow Travel y cómo puede transformar tu forma de viajar Ahora que ya sabes qué es Slow Travel, queda claro que no se trata solo de una forma de moverse, sino de una nueva filosofía de viaje. Una que invita a soltar la prisa, dejar de correr de un punto a otro y comenzar a vivir cada destino con calma, conexión y consciencia. Viajar despacio te permite disfrutar más, gastar mejor, descansar de verdad y dejar una huella positiva en los lugares que visitas. No necesitas recorrer medio país en una semana para decir que viajaste. Basta con quedarte unos días más en un solo destino, hablar con su gente, probar su comida local, y mirar tu entorno con curiosidad genuina. En un mundo donde el turismo exprés domina, el Slow Travel llega como un respiro. Y México, con su riqueza cultural, sus pueblos mágicos y su hospitalidad, es el escenario perfecto para ponerlo en práctica. Así que la próxima vez que prepares tu mochila, pregúntate: ¿quiero ver más… o quiero vivir mejor mi viaje?

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¿Cómo promover el turismo sostenible? 20 formas de hacer la diferencia

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¿Sabías que hay países donde más del 60 % de la economía depende del turismo? Así es, hay lugares que, literalmente, viven del turismo. Sin embargo, el mismo turismo que impulsa el desarrollo de un destino también puede poner en riesgo su entorno, su cultura y hasta su futuro. Sí, viajar transforma, pero también impacta. De ahí surge una pregunta inevitable: ¿cómo promover el turismo sostenible para que viajar siga siendo una oportunidad y no una amenaza? En esta guía te mostramos 20 formas reales y fáciles de aplicar para que viajar, trabajar o emprender en este sector sea sinónimo de conciencia, respeto y sostenibilidad. ¿Cómo promover el turismo sostenible? Antes de conocer cómo promover el turismo sostenible con acciones prácticas, es importante entender qué significa exactamente este concepto que está revolucionando la forma en que viajamos. El turismo sostenible es una forma de viajar que busca minimizar el impacto negativo en el medioambiente, la cultura y las comunidades locales, al tiempo que potencia los beneficios sociales y económicos del turismo. No se trata solo de visitar lugares sin contaminar: también implica elegir alojamientos responsables, apoyar negocios locales y respetar el entorno natural y cultural de cada destino. Este enfoque no solo es ético, sino también necesario: el turismo mal gestionado puede agotar recursos, destruir ecosistemas, saturar ciudades y romper el equilibrio de muchas regiones que viven del viajero o del turismo, de allí que esta práctica esté muy relacionada con el slow travel, una tendencia que propone viajar con más calma, menos prisa y más propósito. 20 formas de promover el turismo sostenible Si te preguntas cómo promover el turismo sostenible desde la práctica, aquí tienes una guía clara con acciones que pueden aplicar tanto viajeros como empresas turísticas. Estas estrategias ayudan a minimizar la huella ecológica del turismo, fortalecer las economías locales y generar un impacto positivo en el entorno social, cultural y ambiental de los destinos. Desde apoyar negocios locales hasta rediseñar experiencias más responsables, estas son 20 formas efectivas de hacerlo: 1. Apoyar negocios locales y compra de productos de proximidad Una de las formas más efectivas de promover el turismo sostenible es apostando por la economía local del destino que visitas. Esto significa consumir en restaurantes, tiendas, mercados y emprendimientos gestionados por personas de la comunidad. Cuando compras productos artesanales, alimentos frescos de temporada o souvenirs hechos a mano, no solo reduces la huella de carbono asociada al transporte de mercancías, sino que inyectas valor económico directamente en la población local, ayudando a conservar tradiciones culturales y oficios que, de otra forma, podrían desaparecer. Además, al elegir experiencias guiadas por habitantes locales o cooperativas comunitarias, se fomenta un turismo más justo, redistributivo y con un impacto social más profundo. 2. Elegir alojamientos con certificación sostenible Elegir alojamientos con certificación sostenible garantiza que estás apoyando establecimientos que se comprometen activamente con prácticas respetuosas con el medio ambiente, la cultura local y la comunidad. Certificaciones reconocidas como Biosphere, EarthCheck, Travelife o Green Key avalan hoteles, hostales y eco-lodges que aplican criterios sostenibles, como el uso eficiente de agua y energía, reducción de residuos, gestión responsable de recursos y empleo justo a nivel local. Pero ¿Cómo identificarlos? Muchos alojamientos muestran sus sellos de sostenibilidad en sus sitios web, en plataformas como Booking o Airbnb, o cuentan con políticas medioambientales transparentes. Presta atención a sus acciones reales, más allá del marketing verde. 3. Fomentar el uso de transporte público, bicicleta o caminatas Apuesta por formas de movilidad más limpias como el transporte público, la bicicleta o simplemente caminar. Utiliza trenes, buses o metro no solo reduce las emisiones de CO₂, sino que te permite integrarte más fácilmente con el estilo de vida local. Tambien puedes optar por rentar bicicleta o incluso caminar es una de las mejores formas de hacer slow travel. 4. Viajar fuera de temporada alta para reducir la masificación Planifica tus viajes fuera de la temporada alta. Los destinos turísticos suelen enfrentar una fuerte presión en los meses más concurridos: hay más consumo de agua y energía, mayor generación de residuos, aumento en el tráfico y en muchos casos, se eleva el costo de vida para los habitantes locales. Al viajar en temporada baja o media, disminuyes el impacto ambiental y social de tu visita, contribuyes a una mejor distribución del turismo a lo largo del año y, además, disfrutas de una experiencia más auténtica, menos aglomerada y, muchas veces, más económica. Esta práctica también permite que las comunidades locales tengan ingresos más estables durante todo el año, ayudando a romper con la dependencia de picos turísticos y fomentando un desarrollo más equilibrado. 5. Minimizar residuos y evitar plásticos de un solo uso El uso de plásticos de un solo uso (botellas, bolsas, envoltorios) es una de las principales fuentes de contaminación en muchos destinos turísticos, especialmente en áreas naturales y zonas costeras. Para viajar de forma más responsable: • Lleva tu botella reutilizable y rellénala en fuentes de agua potable o estaciones de recarga. • Usa bolsas de tela para tus compras en mercados o tiendas. • Evita los empaques innecesarios: compra a granel o elige productos con envases reciclables. • Rechaza sorbetes (pajillas) o utensilios de plástico y opta por versiones reutilizables o biodegradables. 6. Elegir experiencias que respeten la cultura local Al elegir experiencias auténticas y respetuosas con la cultura local, contribuyes a mantener vivas tradiciones, lenguas, expresiones artísticas y formas de vida únicas. Esto implica: • Participar en talleres artesanales, rutas culturales o actividades organizadas por residentes. • Evitar espectáculos o actividades que exploten a las personas o sus costumbres con fines turísticos. • Aprender algunas palabras del idioma local y mostrar interés genuino por la historia y valores de la comunidad. • Respetar los códigos de vestimenta, normas sociales y tradiciones religiosas del destino. 7. Medir y comunicar el impacto del turismo sostenible en el destino Tanto gobiernos, como operadores turísticos, alojamientos y organizaciones locales, deben comprometerse a evaluar los efectos reales del turismo en el entorno natural, el tejido social y la economía local. Desde la reducción de residuos o la conservación del agua, hasta el porcentaje de empleos generados para la comunidad, cada métrica permite identificar qué prácticas están funcionando y cuáles deben mejorar. Pero este compromiso también se extiende a los viajeros. Compartir públicamente las experiencias sostenibles, como alojarse en un ecohotel, visitar un emprendimiento local o participar en iniciativas de conservación, no solo inspira a otros a hacer lo mismo, sino que visibiliza modelos turísticos que merecen ser replicados. 8. Invertir en proyectos comunitarios o conservación ambiental Apoya directamente proyectos que beneficien a las comunidades locales o contribuyan a la conservación del entorno natural. Esto puede ir desde hacer una donación consciente a una iniciativa ambiental, hasta participar activamente en actividades como la reforestación, limpieza de playas, restauración de hábitats o programas de empoderamiento comunitario. Pero ¿y si eres empresario, emprendedor o gestionas un negocio turístico? Puedes implementar programas de responsabilidad social que destinen parte de tus ingresos a proyectos sociales o ambientales del destino. Otra acción es colaborar con ONGs locales, incluir productos de comercio justo en tu oferta, contratar proveedores y personal local, o abrir espacios para que los viajeros conozcan e incluso participen en estos proyectos. 9. Promover ecoturismo y turismo rural como alternativas Planifica un viaje en plena naturaleza, hospédate en una finca autosostenible o participa en rutas agrícolas guiadas por productores locales, son formas de explorar sin dañar. Estas experiencias no solo permiten al visitante reconectar con lo esencial y disfrutar de entornos más tranquilos, sino que también apoyan economías locales que muchas veces han sido desplazadas por el turismo convencional. Promover estas alternativas ayuda a equilibrar la balanza del desarrollo turístico, descentralizando el turismo de las grandes ciudades y creando oportunidades en regiones menos exploradas pero igual de valiosas. 10. Usar tecnología para incentivar comportamientos sostenibles (apps, plataformas) La tecnología puede ser una gran aliada para promover el turismo sostenible si se usa de forma estratégica. Existen apps, plataformas y herramientas digitales diseñadas específicamente para ayudar a los viajeros a reducir su impacto ambiental, tomar decisiones más conscientes y apoyar destinos responsables. Desde aplicaciones que indican cómo reciclar correctamente en cada país, hasta mapas interactivos que muestran negocios locales sostenibles o rutas eco-friendly para caminar o ir en bicicleta. También hay plataformas que calculan tu huella de carbono y te dan la opción de compensarla con proyectos certificados. Así que sí, usa la tecnología a favor del medio ambiente. 11. Educarse como viajero antes y durante el viaje Una parte importante de promover el turismo sostenible recae en los viajeros, tanto antes de su llegada al destino como durante su estancia. Antes de emprender cualquier viaje, investiga sobre la cultura local, las normas de convivencia, los ecosistemas que se van a visitar o las costumbres de la comunidad anfitriona, no solo evita conflictos, sino que fomenta el respeto y la valorización del entorno. 12. Implementar prácticas de eficiencia energética y gestión del agua en alojamientos La sostenibilidad en el turismo no se logra sin un compromiso real de parte de los alojamientos. Si eres dueño de hoteles, hostales y otros espacios turísticos tienes un enorme potencial para reducir su impacto ambiental mediante la adopción de prácticas de eficiencia energética y una gestión responsable del agua. Esto incluye desde el uso de bombillas LED, sistemas de calefacción y aire acondicionado inteligentes, hasta paneles solares, sensores de movimiento para reducir el consumo eléctrico o el aislamiento térmico eficiente. En cuanto al agua, pueden instalar dispositivos economizadores en grifos y duchas, optar por sistemas de reutilización de aguas grises o instalar cisternas de doble descarga. 13. Ofrecer turismo accesible e inclusivo para todos Promover un turismo accesible e inclusivo implica eliminar barreras físicas, sensoriales y sociales para que todas las personas, sin importar su edad, capacidad o condición, puedan disfrutar de experiencias turísticas en igualdad de condiciones. Esto abarca desde adaptar infraestructuras (como rampas, ascensores, baños accesibles o señalética en braille) hasta ofrecer materiales informativos en formatos accesibles (audio, lectura fácil, subtítulos) y capacitar al personal en atención inclusiva. Además, incluir propuestas que consideren las necesidades de personas mayores, familias con niños o viajeros neurodivergentes, amplía las oportunidades para todos y enriquece la experiencia global. 14. Crear productos turísticos regenerativos (dejar el entorno mejor) Un producto turístico regenerativo puede incluir actividades como colaborar en programas de reforestación, participar en talleres con comunidades locales que rescaten saberes ancestrales, o experiencias gastronómicas que promuevan la agroecología. También implica una narrativa diferente, en la que el impacto positivo es tangible y medible. 15. Promover destinos menos saturados o desarrollar nuevos nichos ¿Sabías que el turismo masivo puede causar un desgaste profundo en la infraestructura, cultura y ecosistemas? Por ello, una estrategia clave para promover el turismo sostenible es desviar la atención hacia destinos menos conocidos, que no solo están menos saturados, sino que también tienen un gran potencial por descubrir. Estos lugares emergentes, muchas veces rurales o fuera del radar turístico convencional, ofrecen experiencias más auténticas y sostenibles. Además, permiten una distribución más equitativa de los beneficios económicos del turismo, ayudando a comunidades que tradicionalmente han estado al margen de esta industria. 16. Diseñar recorridos que respeten la biodiversidad Si eres una agencia de viajes, planifica rutas turísticas que respeten la biodiversidad. Esto implica seleccionar destinos que cuenten con planes de manejo ambiental o áreas protegidas, colaborar con guías locales capacitados en turismo responsable, y evitar zonas sensibles o en riesgo de degradación ecológica. Además, establece límites de carga turística, controlar los tiempos de visita y fomentar el comportamiento responsable entre los viajeros. 17. Incentivar turismo de proximidad o slow travel Fomentar el turismo de cercanía también ayuda a revalorizar entornos naturales, rurales o culturales que muchas veces pasan desapercibidos. Ya sea una escapada en tren a un pueblo vecino, una caminata por una reserva natural cercana o una noche en una casa rural a pocas horas de casa, este tipo de viaje promueve una nueva narrativa: la de disfrutar el camino, no solo el destino. 18. Colaborar con ONGs o organizaciones de conservación Si eres una empresa turística, puedes establecer convenios para destinar parte de tus beneficios a causas locales, como la protección de especies amenazadas, reforestación, restauración de ecosistemas, o programas educativos en comunidades vulnerables. Incluso puedes involucrar a tus viajeros, ofreciéndoles experiencias turísticas con valor añadido, como actividades de voluntariado o visitas responsables a proyectos gestionados por ONGs. Además, esta colaboración fortalece tu reputación y credibilidad, especialmente ante un público cada vez más consciente, que busca marcas con propósito y acción concreta. No se trata solo de donar dinero, sino de ser parte activa del cambio. 19. Utilizar storytelling sostenible y marketing verde auténtico Compartir cómo se ha reducido el uso de plásticos en tus instalaciones, el origen local de los productos que ofreces, o cómo tus clientes contribuyen al entorno cuando viajan contigo, puede generar una conexión emocional profunda y auténtica con tu audiencia. Pero cuidado: evita el greenwashing. Los viajeros de hoy son escépticos y bien informados. Mostrar pruebas, certificaciones, datos de impacto y testimonios es clave para construir confianza. El marketing verde bien ejecutado no es solo una estrategia comercial, sino una herramienta educativa y de inspiración. A través de él, puedes motivar a tus clientes a adoptar comportamientos responsables y posicionar tu marca como un agente activo del cambio hacia un turismo más justo y regenerativo. 20. Integrar indicadores de sostenibilidad en la estrategia turística Para que el turismo sostenible no se quede solo en buenas intenciones, es fundamental medir, evaluar y optimizar su impacto. Integrar indicadores de sostenibilidad en tu estrategia turística te permite tomar decisiones basadas en datos reales, demostrar avances concretos y detectar oportunidades de mejora. Estos indicadores pueden ser ambientales (como consumo de agua o energía, gestión de residuos, huella de carbono), sociales (nivel de empleo local generado, accesibilidad, inclusión), y económicos (porcentaje de proveedores locales, reinversión en la comunidad, distribución de beneficios). Herramientas como los sistemas de gestión sostenibles (SGS), certificaciones internacionales o incluso auditorías internas, ayudan a establecer y monitorear estos parámetros. ¿Por qué promover el turismo sostenible es más urgente que nunca? El turismo es una de las industrias que más ha crecido en las últimas décadas, generando millones de empleos y oportunidades económicas en todo el mundo. Sin embargo, este crecimiento también ha traído consigo efectos negativos: sobreexplotación de recursos naturales, contaminación, pérdida de biodiversidad y desplazamiento de comunidades locales. Es por eso que hoy más que nunca promover el turismo sostenible no es solo una opción, sino una necesidad urgente. Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), más del 70% del turismo mundial se concentra en solo el 10% de los destinos, lo que genera un sobreturismo que pone en jaque la infraestructura, el entorno natural y el bienestar de las comunidades locales. Playas masificadas, parques naturales saturados y centros históricos convertidos en escaparates turísticos son solo algunas de las consecuencias visibles de un modelo turístico que necesita cambiar. Además, el cambio climático ha elevado la presión sobre los destinos turísticos. Las olas de calor, los incendios forestales, la escasez de agua o el aumento del nivel del mar están afectando directamente a la experiencia de viaje y, en muchos casos, amenazando la supervivencia de destinos enteros. Frente a este panorama, el turismo responsable y sostenible se presenta como una solución urgente: un modelo que busca minimizar el impacto ambiental, respetar la cultura local y redistribuir los beneficios económicos de forma justa. No se trata solo de reducir nuestra huella de carbono al viajar, sino de transformar la manera en la que concebimos el turismo: desde la planificación del viaje hasta las actividades que elegimos y cómo nos relacionamos con el destino. La buena noticia es que aún estamos a tiempo. Con pequeñas acciones y decisiones más conscientes, tanto los viajeros como las empresas pueden marcar una diferencia. El turismo sostenible no es una tendencia pasajera, es el único camino posible para asegurar que los destinos que amamos hoy puedan seguir siendo visitados mañana. ¿Cómo pueden las empresas turísticas promover el turismo sostenible? Las empresas turísticas juegan un papel clave en la transformación del sector hacia un modelo más sostenible. Desde agencias de viaje, operadores turísticos y hoteles, hasta guías locales y plataformas digitales, todas tienen la capacidad —y la responsabilidad— de implementar prácticas sostenibles en turismo que reduzcan su impacto y maximicen los beneficios sociales y ambientales. • Adoptar políticas sostenibles claras: El primer paso es comprometerse con una estrategia de sostenibilidad real y medible. Esto implica desde reducir el uso de recursos naturales (agua, energía, papel), hasta aplicar principios de economía circular, como el reciclaje, la reutilización y la gestión responsable de residuos. • Incluir proveedores y servicios locales: Las empresas turísticas responsables priorizan la contratación de proveedores locales, productos artesanales y experiencias gestionadas por la comunidad. Esto no solo fortalece la economía del destino, sino que distribuye de forma más justa los ingresos generados por el turismo. • Medir y comunicar el impacto: Contar con indicadores de sostenibilidad (como huella de carbono, consumo energético o impacto social) permite mejorar continuamente los procesos. Además, comunicar estos avances de forma transparente genera confianza y valor diferencial ante viajeros cada vez más conscientes. • Diseñar productos turísticos sostenibles: Se pueden crear experiencias de turismo responsable que respeten la cultura, eviten la masificación y se integren con el entorno natural. El slow travel, el turismo regenerativo y las rutas alternativas son ejemplos claros de cómo innovar sin dañar. • Sensibilizar a los viajeros: Una parte importante del turismo sostenible es la educación del turista. Empresas turísticas pueden ofrecer contenido educativo, recomendaciones éticas y guías de buenas prácticas para que los viajeros también contribuyan activamente a la sostenibilidad del destino. • Apostar por la innovación tecnológica: Herramientas como apps, plataformas de reservas responsables o soluciones para medir la huella de carbono ayudan a automatizar y escalar buenas prácticas sostenibles, haciendo que sean parte del modelo de negocio. Entonces, ¿Cómo promover el turismo sostenible? Saber cómo promover el turismo sostenible es hoy más importante que nunca. Frente a los retos del cambio climático, la masificación de destinos y la pérdida de identidad cultural, fomentar un turismo responsable se convierte en una prioridad global. Y lo mejor: todos viajeros, empresas turísticas y comunidades podemos contribuir a este cambio. A lo largo del artículo, compartimos 20 formas prácticas para impulsar el turismo sostenible, desde apoyar comercios locales hasta diseñar experiencias regenerativas que protejan el entorno y beneficien a las comunidades anfitrionas. Este enfoque no solo reduce impactos negativos, sino que también enriquece la experiencia de viaje de manera significativa. Recuerda, promover el turismo sostenible implica: • Viajar con conciencia y responsabilidad ambiental. • Apoyar economías locales y culturas vivas. • Apostar por prácticas que prioricen el bienestar del planeta y sus habitantes. • Integrar principios de sostenibilidad en cada decisión turística.

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